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jueves, 25 de abril de 2019

Fallecimiento del poeta Jose Watanabe Varas

Un día como hoy, en el año 2007, dejó de existir en la ciudad de Lima, el poeta trujillano José Watanabe Varas.
El poeta José Watanabe Varas, nació el 17 de marzo de 1945 en la localidad de Laredo, que pertenece a la ciudad de Trujillo.

Años después, Watanabe viajó a Lima a seguir estudios superiores, pero el recuerdo de Laredo quedaría siempre en su memoria, por lo cual muchos de sus poemas se ubican espacialmente ahí, un Laredo que hoy sólo existe, con sus cuatro calles, en el imaginario creado por el poeta.

Biografía:
Nacido en Laredo, un pequeño pueblo al este de Trujillo, en 1945. Su madre Paula Varas, peruana, de origen serrano y su padre Harumi Watanabe, japonés de quien cuenta aprendió el arte del haiku.

José Watanabe Varas. [Imagen]. Recuperado de: dosis.pe

Watanabe tuvo una infancia muy pobre, sus padres trabajaban como campesinos en una hacienda azucarera al norte del país hasta que el destino les jugó una buena pasada: ganaron la lotería de Lima y Callao y viajaron a Trujillo, la capital de la provincia. Luego José migró a la ciudad de Lima a seguir estudios superiores.

En Lima estudió los primeros años de la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional Federico Villarreal pero la abandonó después de casi dos años. Su formación fue esencialmente autodidacta y no sólo se desarrolló como poeta sino también como guionista de cine y documentales, escritor de cuentos para niños y dramaturgo.

Estuvo muy involucrado en el medio televisivo e hizo una adaptación de Antígona de Sófocles para el grupo de teatro Yuyachkani.

Su experiencia poética:
Se inició con Álbum de familia, publicado en 1971, obra que le valió el premio Poeta Joven del Perú. Le siguieron a este, numerosos poemarios, entre ellos “El guardián del hielo”, del 2000, galardonado con el premio Lezama Lima de Casa de las Américas.

Hoy es considerado una de las voces imprescindibles de la poesía contemporánea en castellano, con un reconocimiento cada vez mayor en América Latina y España.
José Watanabe Varas, falleció en la ciudad de Lima el 25 de abril de 2007.


Feria del Libro Ricardo Palma, José Li Ning Anticona analiza, desde una perspectiva psiquiátrica, la obra poética de José Watanabe. [Imagen]. Recuperado de: Peru.com

Poemarios publicados:
- Álbum de familia (Lima, 1971) 
- El huso de la palabra (Lima, 1989) 
- Historia natural (Lima, 1994) 
- Path trough the canefields (Londres, 1997, antología de su obra poética) 
- Cosas del cuerpo (Lima, 1999) 
- Antígona (Lima, 2000, versión libre de la tragedia de Sófocles) 
- El guardián del hielo (Bogotá, 2000, antología de su obra poética) 
- Habitó entre nosotros (Lima, 2002) 
- Elogio del refrenamiento (Renacimiento, Sevilla, 2003, antología) 
- Lo que queda (Monte Ávila, Caracas, 2005, antología) 
- La piedra alada (Pre-Textos, Valencia, 2005-Peisa, Lima, 2005) 
- Banderas detrás de la niebla (Pre-Textos, Valencia, 2006-Peisa, Lima, 2006)

En cine:
Watanabe fue el guionista de "Maruja en el infierno" (1983) y "La ciudad y los perros" (1985), ambos filmes de Francisco Lombardi; "Ojos de perro" (1981) y "Alias La Gringa" (1991), de Alberto Durant; "Anda, corre, vuela" (1993) de Augusto Tamayo y "Reportaje a la muerte" (1992), de Danny Gavidia.

En teatro:
Como dramaturgo, fue internacionalmente reconocido por su versión libre de "Antígona" de Sófocles, llevada a escena originalmente por el grupo Yuyachkani en el año 2000. Se ha presentado ya en escenarios de Santiago de Chile, Buenos Aires y Ciudad de México.


El Pájaro Pintado y Lavandería de Fantasmas. [Imagen]. Recuperado de: Lima para Pequeños.

Cuentos para niños:
En los últimos años, Watanabe publicó narraciones para niños como "El lápiz rojo", "Melchor, el tejedor" y "Andrés Nuez perdido entre las frutas", con ilustraciones de Piero Quijano y César Ramos. Recientemente, la editorial Peisa lanzó "Don Tomás y los ratones" con imágenes del artista Eduardo Tokeshi.

5 poemas de José Watanabe:
Al recordar hoy, al gran poeta nacional José Watanabe, le homenajeamos con cinco de sus más bellos poemas.

El Lenguado
Soy
lo gris contra lo gris. mi vida
depende de copiar incansablemente
el color de la arena,
pero ese truco sutil
que me permite comer y burlar enemigos
me ha deformado. He perdido la simetría
de los animales bellos, mis ojos
y mis narices
han virado hacia un mismo lado del rostro. soy
un pequeño monstruo invisible
tendido siempre sobre el lecho del mar.
Las breves anchovetas que pasan a mi lado
creen que las devora
una agitación de arena
y los grandes depredadores me rozan sin percibir
mi miedo. El miedo circulará siempre en mi cuerpo
como otra sangre. Mi cuerpo no es mucho. Soy
una palada de órganos enterrados en la arena
y los bordes imperceptibles de mi carne
no están muy lejos.
A veces sueño que me expando
y ondulo como una llanura, sereno y sin miedo, y más grande
que los más grandes. Yo soy entonces
toda la arena, todo el vasto fondo marino.


El guardián del hielo
Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.

Oh cuidar lo fugaz bajo el sol…

El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil.
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.

No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
yo soy el guardián del hielo.


En el desierto de Olmos
El viejo talador de espinos para carbón de palo
cuelga en el dintel de su cabaña
una obstinada lámpara de querosene,
y sobre la arena
se extiende un semicírculo de luz hospitalaria.

Este es nuestro pequeño espacio de confianza.

Más allá de la sutil frontera, en la oscuridad,
nos atisba la repugnante fauna que el viejo crea,
los imposibles injertos de los seres del aire y la tierra
y que hoy son para su propio y vivo miedo:
La imaginación trabaja sola, aun en contra.

La iguana sí es verdadera, aunque mítica. El viejo la decapita
y la desangra sobre un cacharro indigno,
y el perro lame la cuajarada roja como si fuera su vicio.

Rápida es olorosa
la blanca carne de la iguana en la baqueta de asar.
el viejo la destaza y comemos
y el perro espera paciente los delicados huesos.

Impensadamente
arrojo los huesos fuera de la luz
y tras ellos el animal entra en el país nocturno y enemigo.

Desde la oscuridad aúlla estremecido
y seguramente queriendo alcanzar
entre la inestable arena
con ansia
nuestro pequeño espacio de confianza.
Oigo entonces el reproche del viejo: deja los huesos cerca,
el perro
también es paisano.


El Vado
Si vas por la playa donde se vadea el río
verás,
plantadas en el limo,
largas varas de eucalipto. Están allí
para los caminantes que van a la otra ribera.
Una será tu cayado:
con ella tantearás, sin riesgo, un camino
entre las aguas turbias
y las piedras de resbaloso musgo.

Cuida de dejar hundida la vara
con gratitud
en la otra orilla: otro viene:
acaso mi padre
que en las tierras amarillas busca sandías silvestres,
acaso yo
que regreso, retrasado y viejo,
mirando ansioso mi pueblo que tras el río
ondula o se difumina en el vaho solar.
Allí,
según costumbre, sembraron mi ombligo
entre la juntura de dos adobes
para que yo tuviera patria.

Deja el cayado clavado en el limo.


La Jovencita
El algarrobo se inclina como una nube verde
sobre la única bodega del pueblo.
Detrás del mostrador humilde
una grácil jovencita lleva nuestra mirada
a un tiempo sin malicia.

Tiene el cabello recortado
como un muchachito travieso. El próximo año
tendrá la cabellera larga. El cuerpo
sobrecoge de tan puntual y prolijo: cumplirá
con el crecimiento de cada uno de sus cabellos
y hará sonar una música
menos inocente.

Mientras tanto, ella guarda sus negros mechones
en un frasco de vidrio
junto a los caramelos y gomas de menta.
Eso es siniestro, pequeña.
Tú, tan vivaz, hija
del solcito que venimos a buscar,
no deberías guardar nada muerto. No es justo
para los que ahora te miramos
como agüita de yerba para el desasosiego.

Fuente:
Descubra a los Nikkei, emigrantes japoneses y sus descendientes.
Dosis Cultura Alternativa Perú
DePeru.com | 25 de abril
discovernikkei.org
es.wikipedia.org
dosis.pe
watanabe.pe.tripod.com
Peru21.pe
Biblioteca Montessori.

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