(Cuarta Parte)
Continúa la fascinante biografía
del Inca Garcilaso de la Vega, en el que seguiremos viendo los tiempos convulsionados
de su niñez, sus aficiones, sus alegres recuerdos, inicios de su partida hacia Lima, para luego embarcarse hacia España
y de todas las maravillas que vio de sus orígenes imperiales, de sus ancestros,
que lo llenaron de orgullo por ser parte de la nobleza incaica.
… El Inca Garcilaso paso su niñez
y adolescencia entre los rudos soldados
de la conquista que miraban con simpatía a estos mesticitos nacidos de sus
compañeros como es el caso del capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, durante
este tiempo Garcilaso recibió instrucción del canónigo Juan de Cuellar que impartía clases de
gramática y de ciencia a estos niños, entre los que también se encontraban los
hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro.
Eran tiempos convulsionados,
repletos de guerras entre los conquistadores españoles que peleaban por el control
de la riqueza minera y de la mano de obra indígena, de hecho Garcilaso escribió
que él creció entre el fuego y el furor de las guerras civiles, entre armas y
caballos, muchas veces sus clases con
Juan de Cuellar se veían interrumpidas por una nueva guerra civil.
En estas guerras el papá de
Garcilaso el capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, se hizo conocido por
cambiar de bando, por ser una especie de tránsfuga por tal motivo se ganó el
apodo de leal de tres horas.
Pacificada la tierra, Sebastián
Garcilaso, fue electo corregidor y justicia mayor del cusco nombrando a su hijo
como secretario, así el futuro escritor pudo moverse entre los conquistadores y conocerlos de cerca.
Un hecho que provoco una fuerte desazón
en el pequeño mestizo fue sin duda la separación de sus padres.
“Se casa con una española o hija
de españoles nacida en la región del caribe, bastante joven y… el conquistador,
Sebastián de la Vega y Vargas, entrega a Chimpu Ocllo a un español de muy bajo
linaje para hablar con los términos de esa época, pechero, se decía, es decir
que tiene que pagar impuestos, sabemos los nobles estaban exentos de esto, entonces
eso fue para él, seguramente muy doloroso
y traumático, doloroso porque tuvo que compartir a su padre, sentirse alejado
de su madre, sentir por otro lado que descendía en las jerarquías”. Max
Hernández (Psicoanalista).
Ya anciano, el Inca recordaría sus
felices juegos por Sacsayhuaman y el rodadero, las veces que observó entusiasmado
las costumbres indígenas que sobrevivían a pesar del dominio español, así mimo
nunca olvidó el encuentro con su primo, el Inca Sairi Tupac, hijo de Manco Inca,
cuando este salió de Vilcabamba después de reunirse con el virrey Hurtado de Mendoza,
Sairi Tupac le hizo besar sus manos y ambos jóvenes bebieron chicha de un quero
de plata en forma ritual.
“Es muy probable que su afición a
los caballos y a los juegos de las cañas, estuviera vinculada a otra afición, a
la afición de recorrer las serranías del
Cusco, de jugar con los parientes indios”. Max Hernández (Psicoanalista).
En mayo de 1559, cuando tenía veinte
años, falleció su padre, el capitán Sebastián Garcilaso, en su testamento dejó
como herencia a su único hijo varón, cuatro mil pesos para que estudie en
España, diciendo: “Porque así es mi voluntad por el amor que le tengo, por ser
como es, hijo natural”.
“En 1559 antes de partir a Lima y
embarcarse hacia España el Inca Garcilaso de la Vega, pudo ver cinco momias
incaicas que fueron encontradas en el Cusco por el corregidor Polo de Ondegar, una
de estas era la de su tío abuelo el Inca Huayna Capac, todas habían sido
enterradas con los lujos que poseían en
vida, también recordó que estas momias habían paseado por calles y plazas en el
Cusco, siendo reverenciadas por indios y por españoles, porque eran cuerpos de
rey, de alguna manera este encuentro simbolizaba el nexo entre el Inca y sus
orígenes imperiales y el orgullo de ser parte de la nobleza incaica”. Norma
Martínez (Conducción Sucedió en el Perú)
Final
de la cuarta parte. Lea la quinta parte, de este importante recorrido por la
vida y obras de este notable mestizo, historiador y literato, el Inca Garcilaso
de la Vega, símbolo en su máxima expresión del mestizaje y peruanidad.
Fuente: TV Perú “Sucedió en el Perú”.
Imagen: “Sucedió en el Perú”.
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